jueves, 22 de noviembre de 2012

Hierro

En las profundidades de un océano, muerto y desechado
Donde los inocentes arden en llamas
A miles de kilómetros de casa, camino hacia adelante
Congelado hasta los huesos, estoy...

El soldado en mi interior, no conoce el camino
Montando hasta las alturas, de vergüenza
Espero la llamada, con la mano en el pecho
Estoy listo para la batalla y el destino...

El sonido de los choques de hierro, se pega en mi mente
El sonido de los tambores, determina
El ritmo de los caídos, y el número de muertos
El aumentar de los cuernos, por delante...

Desde el principio del tiempo y hasta el final del día
Tendré que correr, lejos
Quiero sentir el dolor y el sabor amargo
De la sangre en mis labios, otra vez...

Una tormenta de nieve quema mis manos,
Congelado hasta los huesos, estoy...
A miles de kilómetros de casa, estoy andando
No puedo recordar tus ojos, tu rostro...

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Amar...

En la necesidad que despierta tu nombre; 
en el amar tu hoy olvidando tu pasado;
en el decir tranquilo de tu mirar ardiente, 
en la fogosa vehemencia detrás de la mirada dulce y el pausado hablar. 

En las ideas vagas que circundan la idea de tenerte, 
siendo la posesión transitoria y relativa. 
En el presentir tu presencia en la distancia, 
tu palabra en el silencio, 
tu piel tras el abismo, tu cuerpo en la vigilia, 
tu espíritu en el sueño...

En el querer odiarte y odiar quererte; 
en el tratar de no perderte ignorando si te tengo. 
En ignorar detalles de tu vida y saber otros que nadie antes supo. 
En el compartir en parte tu destino.

En la génesis de mil hipótesis acerca de un nosotros. 
En la facilidad de provocar mil roces, 
de calmar mil fuegos, de encender mil uno.
En el deseo latente 
y en la certeza de saber de tu presencia aún estando privado de sentidos.

En el sentir tu voz, tu piel, 
tu aroma, tus formas, tu imagen, tu alma...
y en el frío que recorre mi médula espinal en ese mismo instante. 
En el recibir todo sin pedirte nada. 
En amar tus defectos y adorar tus virtudes.

En buscarte sin quererlo; 
en encontrarte sin buscarlo; 
en esperarte sin motivo; 
en extrañarte sin pretexto; en celarte sin razón. 

En la pasión, en el deseo, en la soberbia; 
en caricias furtivas, en palabras sueltas, 
en miradas distraídas; 
en todo y en nada.

En lo que sé de ti sin que lo sepas; 
en lo que yo sé que sabes de mí, sin que lo digas.
En esas diferencias que nos asemejan y en esa semejanzas que a veces molestan.

En todas tus palabras 
y en todas tus acciones 
se encuentran las razones por las que se originan 
mi ironía y sarcasmo, mis silencios, 
mis miradas, mis sonrisas sin fundamento... y todo lo que a veces no comprendes de mí.